Tradicionalmente, el jarabe de ortiga se usa para limpiar la sangre, pero es aún más sabroso y refrescante si se mezcla con agua con gas y algo de hielo. Aprende a hacer uno.

Este jugo es bueno contra el reumatismo y la artritis, y debido al alto contenido de hierro en la ortiga, se puede usar en la lucha contra la anemia.

Incluso aquellos que tienen asma y problemas de la piel lo están bebiendo. Además, se cree que previene problemas respiratorios y urinarios, y pérdida de cabello.

No siempre tiene que diluirlo con agua, solo puede espolvorearlo sobre los panqueques.

Te traemos dos recetas, una bastante simple y la otra en combinación con limón y miel. Aquí está cómo preparar el jarabe de ortiga, el remedio ideal para la limpieza de la sangre.

El jarabe de ortiga más simple.

Necesitará: 1 kg de hojas de ortigas jóvenes, 2,5 litros de agua y azúcar (500 g por cada 500 ml de líquido).

Lave y escurra las hojas de ortiga, sumérjalas en agua y hierva a fuego medio durante aproximadamente una hora, agregando agua hirviendo. Colar y agregar el azúcar y revuelva hasta que esté completamente derretido. Verter el jarabe resultante en una botella de vidrio y sellarlos. (Con las hojas de ortiga se pueden agregar hojas de bayas en una proporción de 1: 1).

Ortigas, Miel Y Limon

Prepare: 400 gramos de hojas frescas de ortiga joven, jugo de 6 limones grandes, 800 gramos de azúcar, 5 cucharadas de miel de trébol y 1 litro de agua filtrada.

Hay un truco, si no te gusta la idea de tanta azúcar. Puede reemplazarlo con miel, pero solo una parte, digamos 300 gramos. Reemplace con 1 kg de miel, pero no cocine y agregue el jarabe enfriado. El jugo así obtenido tiene una vida útil más corta.

Lavar y picar las hojas de ortiga. Vierta el agua en una cacerola y ponga azúcar (por ejemplo, mitad marrón, mitad blanco). Ponga todo en la estufa para cocinar y revuélvalo de vez en cuando (cuando esté hervido, deje que hierva a fuego lento durante 5 minutos). Si hay espuma en la superficie, quítela con una cuchara.

Ponga la ortiga en un bol y vierta el jarabe de azúcar. Cúbralo con un plato y presione más fuerte con una taza grande o un frasco de vidrio. Dejarlo por 10 minutos. Ahora agregue el jugo de limón y la miel. Con tus manos sigue apretando el jugo y separando la ortiga. Cuando obtenga el jarabe, páselo por un colador si es necesario y el trabajo está hecho. Vierta el jarabe en botellas esterilizadas, ciérrelo y déjelo en un lugar frío y oscuro.